Por Juan Tomás Valenzuela
Si acaso es o no injerencia
lo que inició Bob Esponja,
depende de las lisonjas
que ofrezca la presidencia,
pues viendo la decadencia
del sistema electoral,
yo mismo, no veo tán mal
que roguemos por ayuda,
al Dalai Lama, al Buda,
o a la Fundación Global.
Si pa’salir de este pillo
que nos tiene secuestrados,
tengo que sentarme al lado
de algún nieto de Trujillo,
me arrodillo ante el caudillo
que proponga esta salida,
pues mi aliado, en esta vida,
va a ser quien esté dispuesto
a enfrentar a estos funestos,
o al menos, quien se lo impida.
Ojalá venga Putín
junto a la infanta Cristina,
el señor Joaquín Sabina
o el mismito Xi Jinping.
El sobrino de Idi Amin,
Guaidó o Nicolás Maduro,
el loco que quiere un muro
frente a la frontera azteca,
o que República Checa
nos mandé al checo más duro.
Para salir de Danilo,
sin temor a equivocarme,
yo estoy dispuesto a asociarme
con Nelson el Cocodrido,
o con Aramis Camilo
y la Organización Secreta,
o el “Capitán de Corbeta”
que habló de usar dinamita,
el rey de Arabia Saudita,
o la banda de los Zeta.
Yo estoy jarto de ignominia,
de dolo, de corrupción,
robo, prevaricación
y el mal de la misoginia.
La sensación de anodinia
que muestra este desalmado,
que se ha aferrado al Estado
cual si fuera una guachipa,
al que le saque las tripas…
¡Yo voy a estar de su lado!.
Juan de los Palotes
18 Mayo 2019